La infografía es un recurso gráfico que se ha popularizado en los últimos años. O eso parece. No es un concepto nuevo, pero es cierto que se está utilizando cada vez más con carácter didáctico, no solo en publicaciones especializadas y otras conocidas revistas sobre divulgación, sino también en las primeras etapas educativas, para enseñar y para aprender. Los libros de texto han incorporado desde siempre este tipo de recurso, pero quizá sea la facilidad para publicar y difundir ahora contenidos en Internet y la diversidad de herramientas para crear infografías — programas y aplicaciones online —, lo que ha disparado el interés por representar todo tipo de información de un modo mucho más atractivo e inmediato. «Una imagen vale más que mil palabras», se suele decir.