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Con la vuelta al cole, vuelta al blog: reflexiones para este curso 2013/14

Cada septiembre, hasta que no empiezan las clases, lo cierto es que no tengo la sensación de «vuelta al trabajo». Estas dos semanas dedicadas a terminar de organizar el inicio del curso y planificar el resto de meses, son eso: otra cosa. A veces me parecen incluso dos trabajos distintos. Por un lado el mundo de las programaciones, reuniones y otros tantos tantos documentos. Procesos y «papeles», entre comillas porque afortunadamente durante este curso pasamos al «mundo digital» muchas cuestiones de organización del centro. Y luego está el «trabajo de campo», dentro del aula; el del día a día, que uno puede empeñarse en planificar al detalle, pero que siempre viene con imprevistos.

En fin, mañana lunes vuelven nuestros alumnos de secundaria a las clases, al mundo real. ¿Novedades este año? Dejo este curso la tutoría, después de dos años acompañando a un Grupo (con mayúsculas) de alumnos de 3º a 4º de ESO. Dejo también la jefatura del Departamento de Ciencias. Seguiré trabajando en el Equipo de Gestión (Calidad) y como Coordinador TIC del centro. ¿Mis clases durante este curso? En todos los cursos, de 1º a 4º de ESO, con Tecnología e Informática (la mayoría de horas ya en inglés), y también Matemáticas a un grupo de 2º de ESO.

Y todo esto empieza ya mañana. Queramos o no, ya hemos dejado atrás el verano. Las vacaciones han estado ahí para desconectar y cada uno ha planteado este tiempo de la manera que más le ha apetecido (o ha podido). Es cierto que se echan de menos los momentos de no hacer absolutamente nada, sobre todo de conseguir estar offline durante varios seguidos: sin ordenador, sin televisión, sin Internet, … ¿sin móvil? En cualquier caso, algo impensable durante el resto del año, y menos durante los primeros días de curso.

Aunque es un tiempo de descanso, durante el verano se gestan también algunas ideas. Precisamente por contar con esos momentos de calma, sin mirar el reloj continuamente, uno gana concentración y también perspectiva, y es posible que en más de una ocasión aparezca una solución donde antes había un problema, o sencillamente encontremos una forma alternativa de plantear algo. Al menos en mi caso, no hay verano en el que no llene (casi) mi libreta de ideas. Como cada julio, compré una pequeña Moleskine (esta vez blanca) y allí he ido apuntando todo lo que pasa por mi cabeza, intentando que la vuelta al trabajo en septiembre sea diferente (entendido siempre como «mejor»).

Libreta en blanco

Hay algo especial en cada inicio de curso. Y si no lo hay, debería haberlo… Especialmente en educación, corremos el riesgo de que cada año académico se parezca demasiado a los anteriores. Cambian los alumnos, pero también habría que intentar realizar pequeños cambios en la forma de hacer, pero sin grandes pretensiones, simplemente buscando un modo distinto de plantear las cosas que ya veníamos haciendo a diario. En cada inicio de curso escribimos infinitas listas de propósitos, que con el tiempo muchas veces ni revisamos. Si lo hiciéramos, nos daríamos cuenta de la cantidad de proyectos «innovadores» que han quedado a medias, o simplemente en nada. Mejor «empezar pequeño», cambiando apenas unos pocos hábitos. Es mi único propósito para este curso que empieza.

Vuelvo a publicar en Esfera TIC, y lo hago sin ninguna declaración de intenciones, solo disfrutar de cada línea que escribo. La experiencia de compartir recursos estos últimos tres años ha sido muy positiva, y seguir haciendo algo parecido creo que puede ser interesante. Desde luego, para mí, sigue siendo un pequeño rincón de aprendizaje.

¡Ya estamos aquí!

Fotografía #1 | «Notebooks» de Logan Campbell
Fotografía #2 | «So Many Pages, So Many Possibilities» de Amy Palko

2 Comments

  1. Ay qué recuerdos. Me encantaba empezar en septiembre mirando la bolsa cada día y las adjudicaciones preguntándome qué me iba a tocar y pensando qué aventura habría tras cada una de las líneas, leyendo los nombres de los centros y de los municipios algunos de los cuales no sabía ni ubicar en el mapa.
    Hasta el día en que llegaba el gran momento y allá que ibas, hala, a la aventura! jajaja

    ¡Cómo lo echo de menos!

    Un besito 😉

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